miércoles, 1 de noviembre de 2017

LETICIA DOLERA, AITANA SÁNCHEZ-GIJÓN, BÁRBARA REY... MENTIROSAS ACUSANDO DE AGRESIÓN SEXUAL


 

En las últimas semanas, al rebufo del escándalo desatado por las acusaciones de acoso sexual por parte de varias actrices contra el productor de cine y ejecutivo Harvey Weinstein, han aparecido una serie de oportunistas sin escrúpulos ni dignidad de ninguna clase, capaces de aprovecharse de esta situación que viven muchas mujeres para intentar subir, por primera vez o de regreso, al candelabro (que diría la Mazagatos, pues  féminas de semejante catadura moral no son merecedoras ni del empleo con corrección del refranero para referirse a ellas). No se puede hacer una acusación tan grave como ésta, sin dar nombres y salpicando a inocentes. Salvo que sea mentira lo que dices, claro.

A río revuelto, ganancia de pescadores. Que hay mujeres que han sufrido acoso, las hay, por supuesto, pero Letizia Dólera no es una de ellas. Si fuera cierto lo que dice, daría nombres, como hicieron quienes acusaron a Weinstein. Ella en cambio, sólo ha hablado de vaguedades. Un director, un actor… Con la reputación de la gente no se juega. Tras sus declaraciones, la de todos los profesionales con que ha trabajado va a quedar en entredicho para feministas y borregos prejuiciosos. Y todo gratuitamente, sin que ella se moje en absoluto.  

Lo de Aitana Sánchez-Gijón, que dice "no acordarse" del nombre de su agresor, ya es para descojonarse. Como si una víctima de una agresión sexual pudiera olvidar éste. Y lo de Barbara Rey, ni te cuento. Que sepamos, esta señora ha sido famosa justo por lo contrario. A saber, por poner precio a su cuerpo e, incluso, chantajear a sus amantes para sacarles más dinero. Y ahora hay que creerse que había quien la asaltaba contra su voluntad, como si ella no se prestase a eso de entregar su cuerpo a cambio de... Hay que joderse.

Carla Hidalgo, Maru Valdivieso, Ana Gracia… La única que se salva de la quema es Luisa Martín, por ser la única que da un nombre (si es que resulta identificable su ex profesor de arte dramático al que acusa, claro, porque si no, ni ella). Todas las demás, no son más que una comparsa de perdedoras, muy en línea con las almas en pena de la Santa Compaña, que viene muy a colación estos días, que deambulan sin norte y se agarran a cualquier cosa, sin importarles nada, con tal de regresar al candelabro las que alguna vez estuvieron en él, por llegar al mismo las que nunca lo hicieron. Si realmente alguien les propusiera pasar por… a cambio de ello, personalmente no me cabe duda de que accederían sin poner pegas. Aquello del dime de qué presumes y te diré de qué careces, suele resultar muy acertado. Dicen que el refranero es sabio, y de sabios hacer caso de los sabios.

Resulta muy curioso y revelador que ninguna de las que anda por el candelero (éstas sí), haya hecho ninguna acusación de este tipo. Las feministas y otros en la onda dirán que no lo hacen, precisamente, para no perder su lugar en él. Yo les responderé que, precisamente, quien está en él se encuentra en posición privilegiada que la hace invulnerable, y desde ella podría acusar sin temor. ¿Alguien puede creerse que los directores, productores… podrían permitirse el lujo de renunciar a trabajar con Penélope Cruz, Elsa Pataky, Amaia Salamanca, Vanessa Romero…? Por favor, un poco de seriedad. Mujeres acosadas hay, pero no son regla, sino excepción. Gracias a Dios, no es lo normal en ninguna profesión hoy día. Aquellas mujeres que realmente fueron víctimas de este tipo de agresiones, van a contar siempre con mi apoyo. Pero, por ese mismo respeto que me merecen, estas otras sólo van a encontrar desprecio por mi parte. El nombre que me merecen, sin más, es el de CERDAS.