viernes, 30 de diciembre de 2016

PEDRO VARELA: MEJOR CALLADITO, QUE SUBE EL PAN


Mira que suelo ser detractor de las feministas y quienes las apoyan, sólo hay que echar un vistazo a otros artículos redactados y publicados por mí en este mismo blog para comprobarlo, pero es que en algunas cosas (pocas, pero algunas) tienen razón, y si entras a rebatir las más claras de éstas, y además con argumentos tan absurdos, lo único que consigues es ponerte en ridículo y salpicarnos al resto de derechistas -fascistoides, como éste palurdo-. Luego piensan que todos somos igual de idiotas.

Casi todo su discurso es un puro disparate y acumulación de tonterías sin sentido alguno si entras a considerarlas (es decir, en línea con el de su bienamado führer, pero sin el talento de éste para la oratoria. Téngase en cuenta que el del bigote ridículo parece ser que fue un gran orador, pero basaba la efectividad de su discurso en el tono, no en su contenido. Gritaba, gesticulaba, apelaba a lo más instintivo e irracional de las masas... y con ello conseguía enardecerlas y que, una vez sumidas en el trance colectivo, interiorizasen los absurdos que les vendía, no por lo que decía, sino por esa forma extrapasional con que lo hacía. Pero a lo que voy a referirme en estas líneas, es concretamente a las siguientes afirmaciones vertidas por el bueno de Pedrito en su conferencia de hace tres días en la librería Europa.

“Una ideología dominante se iba imponiendo en la mentalidad de toda la población. Una forma de pensar absolutamente destructiva.  Primero, desenraizar las personas de su pasado, desenraizar al hombre y a la mujer, con peleas artificialmente creadas, debido a la ideología de género. Una vez enfrentados el hombre y la mujer en una batalla inenarrable, inexistente en ninguna otra cultura en la historia de los pueblos, los niños han quedado sin familia, y al quedarse sin familia, los niños han pasado a la tutela ideológica del sistema. ¿Quién educa hoy a los niños? La tele, Internet, la ley de ciudadanía impuesta forzosamente en los colegios?...” 

      Pedro Varela

Estoy OK en alguna de las cosas que dice –por ejemplo, en eso de que se está forzando la guerra entre sexos (que no género, por cierto), pero en lo de que en ninguna otra cultura del pasado ha existido ésta, se ha lucido el Einstein este. Claro que no existió: porque la mujer estaba silenciada y oprimida, totalmente sometida legal y socialmente al hombre. No tenía apenas derechos, el que mandaba hasta que se casaba era su padre (y hasta sus hermanos varones) y a partir de ahí el marido, y ella a callar y obedecer lo que decidieran por ella. Por eso no había guerra entre sexos. Vaya gilipollez de argumentación.

En lo demás, repito que coincido en parte –tampoco en todo-, pero es que con ese defecto en su argumentación, ya se lo ha puesto en bandeja a las feministas para que lo dejen en ridículo y echen por tierra todo su discurso. Vaya un talento el de este hombre. Se le nota de dónde viene. Mejor calladito.

Soy derechista. Siempre lo ha sido y siempre lo seré, por convicción propia y con base en muchos años de estudios, lecturas y reflexión interna, pero, por favor, que nadie me confunda nunca con un esperpento como el tipejo éste. Pululo por foros y grupos de derecha, y allí veo que esta confusión no se da sólo entre izquierdistas y extraños, sino igualmente entre los propios simpatizantes de ésta -más propiamente dicho, en el 70 u 80 %, gente que tan sólo cree serlo-. Lo primero que habría que tener claro pues, es qué significa realmente ser de derechas (remito al artículo en este mismo blog titulado “¿Qué es ser de derechas?” http://sentenzyablog.blogspot.com.es/2016/11/que-es-ser-de-derechas.html). Y es que la fuerza de la derecha está llamada con el tiempo a ser también su debilidad, y acabará pasándole factura. A saber, esa unidad que convierte a su electorado en una amalgama en la que se mezcla todo lo que queda a la diestra del PSOE, desde el centro derecha democristiano, hasta los extremistas fascistas o neoliberales. Y claro, si metes en una misma casa monárquicos, antimonárquicos, patriotas y nacionalistas españoles, ultracatólicos, procapitalistas a los que e patriotismo se la trae al viento… al final la cosa tendrá que romperse por algún lado y estallar por necesidad.

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